CORDERO LECHAL AL VINO BLANCO
Suelo comprar el cordero lechal por medios, así que además de llevarme las chuletas, también tengo una pierna y una paletilla. Normalmente me gusta asar en el horno tanto la pierna y como la paletilla, pero esta vez me apetecía mucho guisarlas con una rica salsa.
Yo
he aprovecha estas piezas y las he cortado en rodajas para preparar esta
receta. Pero podemos deshuesarlas o cocinar esta receta con otra pieza de
cordero diferente.
Ha quedado una carne muy, muy tierna y una salsa tan rica que nos hemos comido una barra de pan mojando en ella.
Pierna
y paletilla de cordero lechal.
1
cebolla pequeña.
1
zanahoria.
2
dientes de ajo.
1
cucharadita de pimentón dulce.
3
cucharadas de tomate triturado.
1
hoja de laurel.
1
ramita de tomillo.
1
ramita de romero.
300
ml. de vino blanco.
500
ml. de caldo de pollo.
1
cucharada de mantequilla.
Aceite
de oliva virgen extra.
Pimienta
negra.
Sal.
Elaboración:
Cortamos
o pedimos al carnicero que nos corte la pierna y paletilla en rodajas como de 2
cm. de grosor.
Salpimentamos
los trozos y doramos en una cazuela con un poco de aceite de oliva virgen
extra. Una vez doramos, sacamos y reservamos.
En
esa misma cazuela, si es necesario ponemos un poco más de aceite y ponemos a
sofreír la cebolla, la zanahoria y los dientes de ajo, todo bien picado.
Cuando
empiece a estar dorado este sofrito, añadimos la cucharadita de pimentón dulce,
mezclamos rápidamente y seguidamente incorporamos el tomate triturado. Dejamos
un minuto que todo sofría junto, mezclando bien.
Seguidamente
rociamos con el vino blanco y llevamos a hervir, dejando un par de minutos que
evapore todo el alcohol.
Volvemos
a poner el cordero en la cazuela y cubrimos con el caldo de pollo. También
añadimos al guiso el laurel, el tomillo y el romero. Cuando vuelva a romper el
hervor, bajamos el fuego, tapamos y dejamos durante 90 minutos a fuego lento.
Transcurrido
este tiempo, sacamos la carne del guiso y colamos la salsa. La salsa la ponemos
a hervir y dejamos reducir para que coja cuerpo y espese. Ajustamos de sal la
salsa si fuera necesario y añadimos una cucharada de mantequilla para dar
brillo.
Volvemos
a poner la carne junto con la salsa y dejamos unos minutos que se impregne.
Servimos la carne, regada con su salsa.
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